Por Gamaliel Hamburgo: 

La purísima durante varias décadas fue un importante poblado rodeado de la propia naturaleza de nuestro estado, había prósperos cultivos, hectáreas enteras con huertos y ganado, el cual incluso, recorría varios puntos entre ellos Loreto. La vida evocaba la prosperidad que siempre se deseo y las rocas de la misión eran testigos de cada una de estas situaciones. De aquel hermoso poblado plasmado con las vivencias típicas de los Sudcalifornianos vivía una joven de nombre Loreto, una mujer nacida dentro de una familia con buenos ingresos económicos, su padre José Osuna Mayoral, tenia varias hectáreas que ellos trabajaban. 

En 1910 Loreto conoció a Charles Blackman un estadounidense trabajador de una compañía, él tenia su domicilio en Bahia Magdalena. Tras algunos tiempo de conocerse, el 11 de septiembre de 1910 contraen nupcias, y tiempo después precisamente en 1912, esperaban la llegada de su primogénito, el 11 de abril de 1912 los primeros dolores se asomaban y el parto se complico a tal grado que los recursos existentes en aquel entonces eran nulos y Loreto falleció con su hijo en la municipalidad de La Paz, cinco años más tarde se exhumó el cuerpo de los Blackman Osuna y fueron trasladados hasta La Purísima y se erigió un mausoleo de grandes proporciones que sobresale del resto. En aquel mausoleo también serian sepultados otros familiares y por el contrario de lo que se conoce el señor Charles Blackman regreso a los Estados Unidos y falleció allá. 

Este mausoleo y lo desconocido de el apellido de aquella familia daría las características para el génesis de una leyenda que emanó no de la persona si no de la estructura que alberga a la mujer fallecida con un apellido que evoca un falso pesar sombrío en nuestros tiempos.

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