El árbol de la calle Esquerro y 16 de septiembre, en la ciudad de La Paz, es uno de los más antiguos que se encuentran en la ciudad y sobre todo en la memoria colectiva, horca de brujas y lugar de castigo para las autoridades de la Santa inquisición, aquel árbol quedó plasmado de negatividad y dolor. 

Una de las leyendas urbanas más populares contadas por los paceños ocurrió en 1976, días después del huracán Liza, un desastre natural que causó graves daños y muchas muertes. Un joven que vivía por aquella área se dirigía a su domicilio llevando algunos víveres que había conseguido; era de noche y la falta de luz hacia que las calles solamente fueran iluminadas por la luz de la luna, que apenas se asomaba entre la nubosidad. 

Aquel joven pasó por el árbol de la calle Esquerro y 16 de Septiembre cuando de manera sorpresiva vio que en la cima de este mismo había una mujer ataviada de largos ropajes negros con cinturón blanco, la mujer abrió la boca y comenzó a gritar haciéndole la cara de un color grisáceo para después esfumarse en la nada. El joven dio un fuerte grito que alertó a una familia de origen chino que vivía por aquella área y siendo testigos de esta situación lo auxiliaron. Aunque parezca extraño o algo ficticio en nuestros días, sucedió, y conforme pasó el tiempo las personas que circulaban el área se cambiaban a la banqueta del frente y no dirigían su mirada a la copa de este árbol. 

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